Lo mostrado por U2 la noche de este viernes es simplemente espectacular. Desde un escenario en que se puede apreciar a la banda desde todo el estadio, la iluminación, el sonido, la vida que pareciera tomar la “Garra” y la pantalla en 360º hasta la interpretación de Bono en cada una de las canciones, junto con el sello magistral de la guitarra de The Edge.

La noche comenzó con “Beautiful Day”, donde las cerca de 70 mil personas corearon junto a Bono el tema, marcando el reencuentro del público chileno con los irlandeses tras cinco años de ausencia.

La fuerza de los fans que llegaron hasta el Nacional fue reconocida por el mismo vocalista, quien resaltó la “fuerza” de nuestro país, tras lo sucedido   en este tiempo, el terremoto que tuvimos que enfrentar en 2010. “Te vez tan fuerte Chile, fuerte, fuerte y muy guapo también”, fueron las palabras de Bono para nuestro país.

En una noche cargada por los éxitos más que por los temas de su último disco, U2 dejó en claro por qué es una de las mejores agrupaciones del orbe, con un tour que llena estadios y con el escenario más increíble, el cual parecía cobrar vida en cada una de las canciones de los irlandeses.

Atónitos, el público miraba como la pantalla gigante se abría de tal forma de llegar hasta el escenario, con un juego de luces, que la convertía en un arcoíris, una “garra” llena de sorpresas.

Sorpresas que llegaron en la interpretación de On Tree Hill, donde la cantante Franciscoa Valenzuela apareció sobre el escenario del 360º Tour, para cantar junto a Bono esta canción, que “tiene conexiones especiales con Chile”, indica el sitio web oficial de   la banda en su propio review del concierto.

Una noche llena de emociones donde no faltaron Mysterious Ways, Elevation, Until the End of the world, I Still Haven’t Found What I’m Looking for, Pride (in the name of love)   lejos los temas más coreados de la noche.

Todo acompañado de imágenes de apoyo hechas por la banda, los que muestran los hechos más recientes ocurridos en medio oriente y la guerra que se vive en Libia. El discurso social de la agrupación de Dublín, siempre presente en cada uno de sus conciertos en el mundo.
Siguieron con In a Little While, Miss Sarajevo y City of Blonding Lights. Para luego dar paso a Vertigo, con su conocido “uno, dos, tres, 14!”…la cancha del estadio nacional parecía una verdadera marea humana.
Sunday Bloody Sunday, fue dedicada a las personas que hoy sufren en Libia con la guerra civil, para cerrar y hacer una pausa con Scarlet y Walk on tras cerca de dos horas ininterrumpidas de música.
Tras unos minutos, vino la míticay coreada One, presentada con un video preparado por la banda dieron paso a que Bono y su guitarra salieron en solitario, para luego ser acompañados por el resto de la banda y seguir con Where the streets have no Name. El estremecimiento de los fans en el estadio era impresionante.
En el segundo y último bis de la noche, vino Hold me, Trill me, Kiss me, kill me, donde un muy bien cuidado Bono bajaba sobre el micrófono especialmente diseñado como un timón rojo. Las últimas dos canciones de la noche fueron Whith or Whiout you y Moment of Surrender, poniendo el broche de oro a una noche cargada de emociones y donde se cumplió lo que la promoción del tour decía: “lo mires por donde lo mires, uno de los mejores recitales del mundo”.